Una ruptura es una oportunidad de crecimiento.

una-ruptura-es-una-oportunidad-de-cambio

Una ruptura es una oportunidad de crecimiento. Una opción de cambio, una forma de desarrollo en el que puedes conocerte mejor, indagar y volver a conectar contigo.

Las rupturas, son indudablemente dolorosas. A demás por muchas pautas que te den, cada ruptura es un mundo y dependiendo de las circunstancias, podrás sentirte de una manera o de otra.

Una ruptura es una oportunidad de crecimiento y por supuesto, sea como sea suele ser bastante doloroso. las personas que suelen tomar la decisión de terminar con la relación suelen experimentar un gran sentimiento de culpa. Antes incluso de tomar la decisión, es muy frecuente que pasen mucho tiempo atormentadas, cargando solas con un peso del que encima sienten que no tienen derecho a quejarse, pues se sienten demasiado culpables como para ser compasivos consigo mismos.

Por otro lado, las personas que han sido dejadas atraviesan periodos donde su autoestima se ve muy deteriorada y resentida. Buscan respuestas y todas ellas suelen dirigirse hacia defectos que empiezan a ver en sí mismos. A demás, esta sensación suele venir acompañada de un sentimiento de fracaso muy grande, e incluso de falta de valía y puede llegar a crearse hasta un complejo de inferioridad.

Solo he expuesto dos casos, que en la mayoría de las rupturas están presentes y, sin embargo, es importante observar qué diferentes son los caminos que puede transitar cada persona que está pasando por un proceso de ruptura.

Con todo, independientemente de lo que ha podido ocurrir, una ruptura es una oportunidad de crecimiento. Aunque sea doloroso, nos enfrentan con heridas emocionales que hemos ido tapando, con miedos que hemos estado evitando durante mucho tiempo, y en esos momentos, no nos queda otro remedio más que hacer un poco de introspección y mirar de frente lo que la vida nos pone delante.

Como todo en la vida; podemos adoptar distintas actitudes para afrontar las situaciones que se nos van presentando.

No siempre tenemos control sobre lo que nos ocurre, pero si podemos elegir qué hacemos con aquello que nos ocurre.

Una ruptura de pareja es un ejemplo perfecto, teniendo en cuenta que la vida nos pone delante aquello que necesitamos sanar y liberar, las rupturas de pareja nos van a señalar exactamente aquello que no queremos ver, lo que nos duele y nos da miedo.

Nosotros elegimos qué hacer con ese miedo, podemos taparlo a base de fiestas, compras, drogas, comida y un largo etcétera y, por consiguiente, no aprender nada. Si elegimos esta opción, seguramente la vida nos volverá a poner una y otra vez la misma piedra hasta que aprendamos a dejar de tropezar con ella.

Sin embargo, la otra alternativa es la de los valientes, la de aquellos que se atreven a mirar dentro, a indagar qué está ocurriendo, qué es lo que duele tanto y cuál es el miedo tan grande que aparece. Y es ahí, cuando nos permitimos conocer esas partes, observarlas sin juicio y aprender a tratarlas con mimo y compasión, cuando sanamos y nos liberamos.

Es ahí cuando evolucionamos y ya no tenemos la necesidad de volver a vivir una y otra vez la misma historia con actores diferentes.

Cuando nos hemos atrevido, y hemos hecho del dolor un maestro, aprendemos y podemos recoger las enseñanzas que nos ha regalado esa experiencia.

Entonces cuando nos vuelva a ocurrir algo parecido, la prueba de que ya es algo sanado es que lo viviremos completamente diferente, ya no tendremos conflictos con esas situaciones que antes si, o con lo que sea que hayamos tenido que aprender a través de la ruptura.

Por supuesto, hablando desde un aspecto muy genérico, voy a exponer un ejemplo para que se entienda mejor:

Hay personas que tienen un miedo espantoso a la soledad y mantienen relaciones que en verdad no les aportan lo más mínimo, con tal de no quedarse solos.

Cuando la relación se termina, no les queda otro remedio más que el de afrontar esa soledad y si se permiten explorar lo que les ocurre en soledad, tendrán la oportunidad de transcenderlo.

Podrán crecer y evolucionar gracias a esa soledad que tanto miedo les daba.

Llegará un punto que hasta busquen esa soledad y es ahí cuando digo, que sus nuevas experiencias ante eso que antes evitaban serán completamente diferentes, esa es la prueba de que han transcendido y superado su miedo a la soledad.

Podría poner numerosos ejemplos con cada una de las heridas o problemáticas que presenta cada persona según su situación y circunstancias, pero el mensaje sigue siendo el mismo.

Una ruptura es una oportunidad de oro si sabemos verlo, a nadie le gusta y, sin embargo, cual aves fénix, nos permite resurgir de nuestras cenizas para volar cada vez más alto.

 

Mi ex ya está con otra persona

Mi ex ya está con otra persona.

«Cuando me he enterado de que mi ex ya está con otra persona s eme ha caído el mundo encima» .

El desamor es uno de los momentos más difíciles de afrontar; nos sumergimos en una avalancha de emociones que nos resulta muy difícil de gestionar y por más que racionalicemos, nos sigue doliendo.

Por supuesto que todos sabemos que cuando terminamos una relación, cada uno de los miembros tiene derecho a rehacer su vida, pero eso que se lo digan a nuestro nudo en el estómago y a nuestro corazón.

Hay ciertas cosas que nos pueden ayudar a manejar mejor esta situación y otras, que, por supuesto, solo van a empeorar las cosas.

Lo primero que debemos de saber, es que el hecho de racionalizar las cosas no implica que vayas a sentir esto como te gustaría.

Es un momento para ser compasivo y comprensivo contigo mismo.

Tu cabeza lo entiende, pero a tu corazón le da lo mismo.

Debemos de estar muy atentos al diálogo interno que se crea en nuestra cabeza, porque este sí que puede condicionar mucho nuestras emociones.

Si nos dejamos llevar sin poner consciencia, nos podemos encontrar con sentimientos de culpabilidad, pensando en que no hemos sido capaces de mantener una relación, que seguramente la otra persona sea mejor que nosotros y todo tipo de pensamientos que te van a pasar por la cabeza que son injustos y muy dañinos.

Estos pensamientos hay que observarlos y aislarlos, es decir, no dejarse llevar de un pensamiento a otro hasta acabar construyendo un discurso profundamente destructivo para uno mismo.

Lo primero que hay que hacer es aceptar que te duele que tu pareja esté con otra persona, ya está, deja de sentirte mal por tener esos sentimientos, deja de machacarte, aunque “racionalmente” sabemos que no tiene sentido, a todos nos duele.

Ahora, aceptando eso, lo siguiente que debemos de hacer es estar muy preparados para vigilar nuestros pensamientos, si hay otra persona, es muy probable que aparezcan las comparaciones y las obsesiones, es decir, que no podamos quitarnos de la cabeza el hecho de que nuestra expareja está con otra persona y nos vengan un montón de escenas de ellos dos.

Conocer este tipo de procesos, nos puede ayudar a estar preparados y llevarlo mejor.

Deja de devaluarte, el hecho de que ahora esté con otra persona no significa que tú no hayas sido importante en su vida.

Tampoco significa que esa persona sea más importante que tú o esté más enamorado ahora que cuando empezó contigo.

Todo eso es absurdo. Contigo ha compartido una serie de experiencias importantes y especiales, y con esta nueva persona compartirá otras.

El enredarte en comparaciones te desvía de lo que realmente es importante, aceptar que vuestra relación ha terminado.

 En realidad, aunque parezca asombroso, cuando nos dedicamos a pensar que nuestra expareja ya ha rehecho su vida, no deja de ser una estrategia de distracción para desviarnos de lo que realmente es esencial para nosotros, de lo que realmente duele, y es el hecho de que esa relación ha terminado.

Realmente es curioso porque, que nuestra expareja esté con otra persona, nos hace sufrir, pero toda la “retahíla” de pensamientos que viene detrás, y a los que nos agarramos nos están desviando de otro foco de dolor aun más profundo.

Y ese es el trabajo que realmente tenemos que hacer.

En el momento en el que asumamos y aceptamos la perdida de esa relación, ya no va a ser tan importante el hecho de que la expareja haya rehecho su vida.

Cuando se ha aceptado de verdad, se interioriza lo que viene después, y es que cada uno podrá rehacer su vida.

Cuando sueltas de verdad, también te estas dando la oportunidad de rehacer tu vida.

Observa este mecanismo, toda esta vorágine de emociones que te vienen desde que te has enterado de la noticia y vuelve a ti.

Vuelve a centrarte en tu día a día, en construir poco a poco esta nueva etapa.

Asumir que es difícil y que va a haber días muy malos nos va a quitar mucha presión, es el proceso normal de una ruptura.

Evita mirar sus redes sociales, si puedes, deja de seguirle durante un tiempo, es potenciar el sufrimiento innecesariamente.

Hazte un favor, piensa en ti y deja de buscarlo en redes.

Escribe y desahógate, suelta todo lo que necesites y hazlo tantas veces como sea necesario.

Date permiso para sentir lo que tengas que sentir, pero vigila lo que te dices y reformula todo pensamiento o dialogo que sea cruel contigo.

Tú estas aquí para ayudarte y quererte mucho, no te digas a ti mismo cosas que no le dirías a un amigo.

Busca acciones concretas que te hagan disfrutar, busca demostraciones de amor hacia ti mismo, como ver tu peli preferida, ir de compras o darte un baño y un masaje.

Ahora mismo, te necesitas más que nunca, no debes olvidarte de ti, este es un buen momento para nutrir la relación contigo mismo y con tu entorno.

Rodéate de personas que te hagan sentir bien y con quien puedas sentir que estás en un entorno seguro.

Tal vez, sea una época en la que debas de pensar más en ti que de costumbre, recuerda que ahora te necesitas.

Si te ha gustado, suscríbete a mi newsletter para saber más sobre el mundo de las relaciones de pareja y empezar a construir las relaciones que te mereces.